domingo, 19 de junio de 2022

Millones de gracias

 Reconozco que estas líneas las hago como mecanismo para reducir el cortisol en mi cuerpo (esa hormona que se libera en situaciones de estrés). Es verdad que existen más mecanismos para reducirla como la terapia musical, las relaciones sexuales o la risa, pero, en este caso, usaré la redacción de este texto para buscar esa relajación que me ayude a conciliar el sueño después de esta jornada electoral.

Esta imagen es mi favorita de esta bonita etapa
Desde aquí quiero, en primer lugar, dar las gracias a todas las compañeras, compañeros y camaradas que se dejan la piel en su día a día y no solo en la campaña electoral. Sin vuestro ejemplo y sin vuestro trabajo en todos los conflictos laborales y sociales no existiría nuestra organización a la cual pertenezco con mucho orgullo. Para mí, Izquierda Unida y el PCE constituyen el hogar y la familia que se escoge. Igualmente, extender este agradecimiento a mis personas favoritas que han soportado largas esperas de mis numerosos viajes a Sevilla, mi falta de tiempo hacia ellas así como la enorme paciencia que han demostrado tener en momentos de agobio y de estrés. Prometo compensarlo con creces.

Es cierto que he intentado revalidar mi compromiso con las y los andaluces como diputado en el Parlamento de Andalucía y que no ha podido ser. Era consciente que el día de hoy podía llegar y que iban a existir variables que no iba a poder controlar. Es por ello que, desde que llegué al Parlamento, he intentado exigirme lo máximo para poder corresponder con creces a la confianza que depositaron en mí las granadinas y granadinos en 2018. El trabajo, el esfuerzo y la lucha no son negociables. Caerse es una opción, levantarse es obligatorio.

Con cada paso que he dado he tenido como referencia a los compañeros que marcaron el camino a seguir legislaturas atrás. Mi querido Pedro Vaquero, Paco Ríos, José Luis Serrano, Carmen Lizárraga y Jesús de Manuel han dejado una gran senda de trabajo por nuestra provincia muy difícil de igualar.

Senda que también fue trazada por mi amiga y compañera Mari Carmen Pérez. Nunca tendré palabras suficientes de agradecimiento, tanto hacia ella como a toda la militancia, por haberme dado la oportunidad de trasladar la voz y las demandas de nuestra provincia a la cámara andaluza en la que he conocido a tantas personas tan maravillosas. Eso es algo que jamás olvidaré.

Una etapa finaliza, pero la lucha continúa y ahí seguiré como militante de base para poner nuestro granito de arena para dejar un mundo mejor a las próximas generaciones así como para vivir con profunda entrega todo aquello que me depare el futuro. Como se suele decir, debemos coger la flor con una mano, olerla profundamente y soplar con cariño y ternura la flor que tenemos en la otra mano. 

Muchísimas gracias familia.

 

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