El domingo 27 de abril de 2025 vivimos un día para el recuerdo en la plaza de la Cañadilla de Huétor Vega.
A las 12 del mediodía comenzó la IX Edición de los Premios Maestro don José Aguo. 9 años en los que, desde IU, llevamos reconociendo la labor, muchas veces silenciosa, de personas, asociaciones y entidades de nuestro pueblo que aportan su granito de arena para conseguir un mundo más bonito.
En esta edición los premios han sido para la doctora y profesora de la UGR Pilar Núñez Delgado, Beatriz Moreno y Eduardo Barbero (Fundadores del karaoke “Las Chinas”), Club Voleibol Huétor Vega, el dramaturgo Paco López y el militante de IU Dani Morán.
Se han unido a una bonita lista donde hay hueteños y hueteñas tan ilustres como: Paquita “De la luz”, Paco Delgado, Ana Fernández, Antonio Fernández, Jesús del Río, Moisés Tamayo, Roberto Castilla, José Carlos Pérez, Manolo Gálvez, Emilio Peregrina, McGregor, Antonio Ariza, Ricardo Jiménez, colectivos como Donantes de Sangre, Protección Civil, SAD, AECC, CD Huétor Vega, BMHV, Rondalla, y comercios como La Despensa de María, Mercería Chari, Librería La Trastienda, Huétor Salud, Academia de Inglés ELI.
El acto tuve el honor de abrirlo con el cuento “Las estrellas de mar” de Eloy Moreno. En él nos viene a decir que aunque no lleguemos a solucionar todo aquello que tenemos a nuestro alrededor sí es posible cambiar una parte de nuestro entorno.
Y eso es lo que hacen nuestros premiados. Intentan cambiar el mundo desde su ámbito para dejar una sociedad más bonita, justa y solidaria.
En esta edición la barra solidaria ha ido para Granadown, colectivo que trabaja con personas con Síndrome de Down. Su presidente, Paco Hidalgo, dio las gracias a la Asamblea de IU Huétor Vega por el gesto de la donación, felicitó a las y los premiados y puso en valor las actividades de integración que realiza Granadown.
La hija de Paco Hidalgo, Laura, junto a Pepe Agudo a la guitarra interpretaron un bonito poema para gusto y disfrute de todas las personas que allí estábamos en la plaza de la Cañadilla. Finalizando el bonito y emotivo evento con la música en vivo de McGregor.
A continuación os dejo las diferentes semblanzas.
Pilar Núñez Delgado. Lectura de la semblanza Mónica Moreno y entrega de la distinción Manuel Salmerón.
Nació y creció en Granada y, desde muy pronto, el lenguaje, las palabras y lo que se podía hacer con ellas le causaron asombro y, sin duda y ante todo, placer y disfrute. Además de esta especie de “tendencia natural”, en su elección definitiva de los estudios de Filología y en su interés por el arte tuvieron especial importancia dos personas que es justo que cite por sus nombres por lo mucho que les debe: sus profesoras de Lengua y Literatura, Antonia Soto Cubero, y de Historia del Arte, M.ª Elisa Fernández Mendoza.
Su trabajo ha sido siempre la docencia y la investigación sobre la enseñanza de la lengua y la literatura, y su objetivo constante intentar contagiar a sus alumnos su fascinación por las palabras, hacerlos partícipes de lo que los libros y la lectura le han aportado, y concienciarlos de la importancia de dominar y conocer la propia lengua.
Gran profesora y hueteña de adopción, Pilar, doctora en la UGR coincidió con Chus Fernández al ser su profesora en Magisterio de Educación Infantil.
Sin duda ha hecho méritos para ser una de las premiadas en esta edición de los Premios Maestro don José Agudo. Entrega el galardón Manuel Salmerón, recoge Pilar Núñez Delgado.
Beatriz Moreno y Eduardo Barbero, fundadores del Karaoke “Las Chinas”. Lectura de la semblanza Chus Fernández y entrega de la distinción Mónica Moreno.
Beatriz Moreno y Eduardo Barbero son los fundadores del karaoke “Las Chinas”, un lugar que hoy en día es muy querido y recordado por quienes disfrutan de la música y la diversión. La historia de su proyecto comienza con la pasión de Eduardo por la música, la cual lo llevó a recorrer diferentes partes del mundo en busca de nuevas experiencias. Desde Marruecos hasta Francia, Eduardo recorrió varios países en su camino por la música y la vida.
Por su parte, Beatriz y Eduardo se conocieron a principios de los años 90, cuando ella solía visitar el piano bar de Eduardo, Papillón. Para 1992, ya estaban juntos y, en pocos meses, decidieron vivir juntos. Beatriz, quien había estudiado turismo dejó su trabajo en agencias de viajes, empezó a trabajar en los karaokes que gestionaban entre ambos, sumando su pasión y talento a este proyecto.
El descubrimiento del karaoke, que en japonés significa “música sin voz”, fue en la Expo 92, y desde entonces, ambos se interesaron aún más en este mundo. En 1995, se casaron, y un año después, en el puente de la Inmaculada, abrieron las puertas del karaoke “Las Chinas”, un espacio que refleja su amor por la música y su historia de esfuerzo e ilusión compartida.
Noche tras noche completabais largas jornadas de trabajo para conseguir que vuestros negocios no solo fuera un lugar de sustento económico para vuestra economía familiar sino que os esmerabais para que la clientela encontrara allí su hogar.
Campechanos, amables, simpáticos y, sobre todo, amigos de sus amigos era la seña de identidad cuando la gente cruzaban las puertas de vuestros negocios.
Pero llegó la temida pandemia en 2020 y tuvisteis que cerrar las puertas de vuestros karaokes y poco tiempo después, Eduardo falleció dejando un enorme vacío pero un increíble recuerdo en todas aquellas personas que tuvimos la suerte de conocerlo.
Allá donde esté Eduardo seguro que está cantando el tema de José Dassin que hacíais a dúo “Et si tu n´exites pas”.
Entrega el premio Mónica Moreno, lo recoge Beatriz Moreno.
Club Voleibol Huétor Vega. Lectura de la semblanza Mayte García Úceda y entrega de la distinción Pepe Agudo.
Buenas tardes a todos,
Es un honor estar aquí hoy para rendir homenaje a un grupo de personas que, a lo largo de los años, ha hecho mucho más que practicar un deporte. El Club Voleibol Huétor Vega no es solo un referente deportivo para nuestro municipio, sino también una fuente de inspiración, de esfuerzo y de unidad.
La historia del club comienza en 1984, cuando Celia Cobos, jugadora de voleibol en la Universidad de Granada, decidió compartir su pasión con las niñas de nuestro pueblo. Aprovechando sus prácticas de Magisterio, y con el apoyo del alcalde de aquel entonces, Ernesto Molina, Celia lanzó una convocatoria que sorprendió a todos: 40 niñas se presentaron el primer día. ¡Y desde ahí no han parado! En un principio como escuelas deportivas, y ya en 2009, el club se constituyó oficialmente.
Desde ese momento, el Club Voleibol Huétor Vega ha crecido de manera impresionante. Actualmente cuenta con más de 180 jugadores, tanto niños como niñas, y con el apoyo incondicional de una peña de padres y madres que sigue apoyando con energía cada paso del club. Y lo mejor de todo, que ellos también juegan y se lo pasan estupendamente, porque el deporte no es solo competencia, también es disfrute y compañerismo.
A lo largo de estos años, el club ha logrado grandes hitos. Han sido campeonas provinciales en varias ediciones de los Campeonatos de Andalucía, y varias de sus jugadoras han llegado a jugar en las máximas categorías del voleibol nacional: SuperLiga 2 y, lo que es aún más impresionante, en la SuperLiga 1, la élite del voleibol en España.
Uno de los mayores orgullos del club ha sido la carrera de Belén, hija de Celia, quien ha sido un ejemplo de esfuerzo y talento, alcanzando una proyección increíble dentro del voleibol. Pero, más allá de los títulos, lo que realmente distingue a este club es su compromiso con la formación. Hoy, cuentan con un equipo de 10-12 entrenadores, que, con su dedicación y pasión, siguen haciendo crecer a los jugadores, tanto en nivel deportivo como en valores humanos.
Uno de los momentos más especiales del año para el Club Voleibol Huétor Vega es, sin lugar a dudas, el torneo que celebran cada septiembre en honor a Alberto Ramos, quien fue su entrenador durante 25 años. Este torneo ha alcanzado una magnitud impresionante, trayendo a equipos de Superliga, los mejores equipos de España, y próximamente con la participación de equipos extranjeros que se sumarán con gran entusiasmo. Este año, se celebrará el tercer torneo, y se espera que sea una de las mejores ediciones hasta la fecha, con equipos de primer nivel luchando por la Liga.
Pero el Club Voleibol Huétor Vega no solo ha acercado el voleibol de élite a nuestra localidad. También ha logrado organizar un Campeonato de Andalucía, que el año pasado fue un rotundo éxito en la categoría benjamín, y que este año continuará con el torneo para la categoría alevín. La participación y la organización de estos eventos no solo enaltecen al club, sino que también permiten que nuestra comunidad se conecte con el voleibol en todos sus niveles, desde los más pequeños hasta la élite nacional.
Quiero destacar, además, el gran trabajo que han hecho en el ámbito masculino. Durante los últimos años han logrado que el voleibol masculino crezca y se consolide, obteniendo campeonatos de Granada durante las dos últimas temporadas y participando en el Campeonato de Andalucía.
El Club Voleibol Huétor Vega ha conseguido lo que muchos pensaron que era imposible: hacer crecer un deporte, formar a generaciones de atletas y poner a Huétor Vega en el mapa deportivo de Andalucía y más allá. Gracias a ellos, el voleibol no es solo una actividad más, sino una verdadera tradición en nuestra comunidad.
Por todo esto, por su trabajo, por su dedicación y por su amor al deporte, hoy les entregamos este merecido reconocimiento. Un reconocimiento que no solo celebra sus éxitos en la cancha, sino también su compromiso con la formación, la comunidad y los valores que transmite el deporte.
Felicitaciones a todos los que forman parte de este gran club. A los jugadores, entrenadores, padres y madres, y por supuesto, a Celia Cobos, cuyo liderazgo sigue siendo fundamental para el crecimiento de este proyecto.
¡Enhorabuena, y a seguir haciendo historia!
Entrega el premio Pepe Agudo, recoge Celia Cobos.
Paco López Pérez. Lectura de la semblanza Federico Hernández Meyer y entrega de la distinción Mayte Garcia Úceda.
Nacido en la provincia de Córdoba Paco es hueteño desde la edad de cuatro años y vivió en el puente de Monachil donde estaba la oficina de la Caja de Ahorros y actualmente el Burger King. Desde allí iba todos los dias andando por la carretera, el solito a la escuela que había junto a la iglesia, camino que también hacía cuando su madre lo mandaba al pueblo para comprar en La Chica piscón y carbón y en la tienda de Antonia en la Calle Real víveres y otros articulos. Después de la escuela estucdió para delineante en las Nieves en Granada a donde llegaba con tranvía y autobús.
Pero Paco quería ser actor desde pequeño y ya con 18 años interpretó el “Cuerpo de Lauro Olmo” y se fué a Madrid, capital del teatro español y allí conoció a Lina Morgan, Queta Claver, Rafaela Aparicio y más. Llego el parentesis de la mili en Cerro Muriano y después se fue otra vez a Madrid. Los años setenta fueron de mucha crisis y se dedicó en Elche a hacer graficas para cajas de zapatos. Allí conoció a Maribel, la madre de sus hijos Alejandro y María. El teatro seguía siendo su vida y de esos años data su cuadro de la cantante Marisol. Paco no paraba de construir teatros de cartón y papel y solía ir a casa de vecinos para ver el programa de Estudio 1 en la televisión. El no paraba de buscar la forma de encontrar recursos y asi estaba trabajando en una zapatería y por las tardes se dedicaba a la peluquería. También en Barrales la peluqería de Galerías Preciados. El 1 de diciembre del 1990 abrió su peluquería Huétor Vega en la Calle Cañadilla, la cual fue un importante punto de encuentro hasta que por la pandemia tuvo que cerrarla después de 30 años.
Antes, en 1980 fundó su compañía de teatro La Toscana en Huétor Vega presentando obras escritas por el en el teatro Isabel la Católica. Hay que mencionar la obra “Amor en Blanco y Negro”.
No queremos olvidar de mencionar a “Julia” obra que escribió para Verónica Forqué.
Paco cuenta con una docena de obras por estrenar. Sumamos las galas solidarias y teatros musicales con las que deleita al publico de Huétor Vega y de Granada está claro que Paco no para de conectar con el ser humano que en sus palabras “es a lo que ha dedicado y seguirá dedicando toda su vida” y actualmente se dedica también a dar clases de teatro en el colegio Virgen de las Angustias en Huétor Vega, pueblo para el que debe ser un gran honor que el hueteño Paco López haya sido galardonado con el Premio Maestro Don José Agudo por su única trayectoria.
Entrega el premio Mayte García Uceda, recoge el galardón Paco López Pérez.
Dani Morán Gutiérrez. Lectura de la semblanza José Carlos Pérez Ruiz y entrega de la distinción Jesús Fernández Ruiz.
Dani nació en Valladolid en 1971, tiene 53 años.
Vino a vivir a Granada con 5 años cuando trasladaron aquí a sus padres. Es el mayor de 3 hermanos, aunque el mediano murió con unos 6 años.
Estudió geología, que le apasiona, y luego hizo historia que es su segunda pasión.
También le encantan los idiomas y habla inglés, francés, griego moderno (disfrutó de una beca Erasmus en Grecia), algo de chino y empezó con el hebreo. Le gusta tanto el tema que hasta ha hecho sus pinitos con la escritura cuneiforme.
Su primer trabajo fue como encargado de tienda de telepizza y luego como camarero en el restaurante "Lago di Como" hasta que aprobó las oposiciones a la Universidad de Granada donde trabaja desde el año 2000 en el servicio de acceso a la Universidad.
Nos casamos en 1998 y nos vinimos a vivir a Huetor en 2001, hace ya 24 años, y se siente de aquí casi desde el primer día.
Nuestra Celia nació en 2015, pero también criamos como nuestro a mi sobrino Dani que ya tiene 20 años.
Le encanta el campo, las piedras, viajar, la lectura (sobre todo la novela histórica), el cine, escribir, pintar, los playmobil, los comics... Es muy friki (él dice que es más treki) y como buen friki tiene extensas colecciones.
Militante comprometido con las luchas sociales, es todo un honor tenerte en la misma trinchera. Entrega el premio Jesús Fernández Ruiz, recoge Dani Morán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario