domingo, 20 de diciembre de 2020

Mucho más que un paseo...

Cuando se acerca Navidad le doy mil vueltas a la imagen que voy a escoger para felicitar las fiestas a mis familiares y amistades. Normalmente incido sobre algún hecho notorio de ese año como puede ser una nevada, un paisaje fotografiado o un elemento decorativo de casa.

No hace falta decir que 2020 ha sido un año marcado por la terrible pandemia sanitaria que nos está azotando desde hace ya meses. La pérdida de miles de personas, el trabajo titánico de sectores que han dado el "do de pecho" como el personal sanitario, educativo, del SAD, de las fuerzas de seguridad, de los alimentos básicos, el hecho de llevar innumerables semanas sin poder abrazar a tu familiar de riesgo por temor a contagiarlo o echar de menos actos que antes vivíamos como cotidianos como dar un paseo por el campo o por la ciudad quedan plasmados en elementos como la mascarilla o el gel hidroalcohólico que convivirán con nosotros un tiempo aún sin determinar. ¿Cómo es posible que un elemento como la mascarilla sea, además de un elemento que nos salva la vida, un acumulador de vivencias de lucha y de superación?

Pero 2020, a nivel personal, ha sido un año inolvidable donde viví el momento más feliz de mi vida, el nacimiento de Gala, mi hija. Nuestro círculo cercano conoce bien la cantidad de veces que nos hemos caído así como las mismas que nos hemos levantado buscando esa ansiada descendencia. Una y otra vez nos dábamos contra la pared donde parecía que las fuerzas se iban y que seríamos incapaces de volver a coger la senda de la esperanza. Y ahi estaba ella, Mónica, capaz de resurgir de las cenizas cuantas veces fuera necesario, cual ave fénix, para alcanzar su sueño de convertirse en madre. Noches en vela, días de preocupación, largas y eternas esperas en el pasillo de las ecografías, morados en el abdomen y en las piernas por las inyecciones de heparina y un largo y tedioso parto me hizo ver, una vez más, la gran fuerza de voluntad y de tesón que tiene mi compañera de viaje. No existen palabras en el mundo para describir por todo por lo qje has pasado, simplemente... ¡gracias!

Por eso, y lejos de parecer narcisista por aparecer en esta felicitación, quiero transmitiros mis mejores deseos paz, amor y felicidad con esta imagen donde aparezco paseando a lo mejor de mi vida, a mi hija Gala, portando una mascarilla en uno de los lugares que más he echado de menos durante el confinamiento, el Paseo del Salón.

Sin más, me despido recordando que debemos seguir esperanzados en conseguir superar este enorme bache, debemos tener una actitud precavida y cuidadosa pero, a la vez, con la vista al frente en el horizonte intentando paso a paso alcanzarlo. Recordad que: "Los pájaros de la esperanza están por todas partes, párate a escuchar su canto".

Pd. Mil gracias a mi compañero y amigo Juani por el magnífico montaje. Lo que se te quiere "joío".

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