Todos los domingos intento mostrar algunos de los maravillosos rincones de nuestro querido pueblo a través de videos en directo transmitidos en mis redes sociales. Habitantes que han vivido en el municipio y que están fuera, otras que no han podido visitarlo y varios vecinos y vecinas que por sus circunstancias no pueden recorrer nuestras calles como les gustaría son las que me vienen a la mente cuando planifico un recorrido y realizo un video en directo.
Foto: Lydia Martín |
Es cierto que de una semana a otra planifico de forma rápida cual puede ser la ruta del domingo próximo, pero bien es cierto que el tránsito por algunos tramos está cargado de improvisación. Con cada paso que damos aparecen anécdotas, impresiones, opiniones tanto mías como de las personas que interactúan con sus comentarios en el video sobre los lugares por los que vamos pasando.
Y un claro ejemplo de lo que hablo lo protagonizó el elemento que analizaremos a continuación, la obra artística que creó Lydia Martín en honor a Los Neveros y que podéis encontrar en la rotonda existente en la intersección entre Camino Real de los Neveros e Ingeniero Santa Cruz.
Y ahí es donde surgió la magia de las redes sociales, apareció Lydia Martín, la escultora de la obra, en uno de los comentarios, la cual, nos dio en solo 4 líneas una información privilegiada sobre esta obra y su significado: “…está dedicada a los Neveros que pasaban por ahí con un Acarreto que era un grupo de mulas con sus grandes alforjas. Siempre lo hacían de noche y la primera mula que guiaba llevaba un farolillo. Esta escultura se llama Acarreto. El cubo de cristal representa el hielo, ésta se enciende por la noche como un gran farolillo y se puede ver las siluetas de las mulas a las faldas de Sierra Nevada. […] fue una gran oportunidad la que me ofreció el ayuntamiento hace ya casi 9 años! Y las gracias es para quienes trabajaron conmigo haciéndolo increíblemente bien como son los de obras y servicios del ayuntamiento”, apostilló Lydia
Francisco Pérez-Rejón Martínez, en su libro “Huétor Vega y sus vecinos” hablaba así sobre el Camino de los Neveros describiendo tanto su orografía como las peculiaridades de tan complicado trabajo como era el de los neveros: “Desde el sitio que llamábamos las Conejeras, o el Tiro Olímpico, nace el Camino Real de los Neveros. Pasa por Rebite al Contadero, linde con el término de Monachil. Por loma de los Castaños continúa elevándose hasta Sierra Nevada. Camino de herradura que utilizaron aquellos antiguos hombres que bajaban nieve desde las altas cumbres. La envolvían en mantas y pieles, según me contó Juan de Dios, “Jabonero”, que fue uno de los últimos que acarreó este elemento. Se perdían kilos al derretirse por el deshielo en el largo camino. Conseguían un pequeño jornal después de un duro trabajo”.
Por su parte, Miguel Jiménez Sola me informó sobre el nombre donde se encuentra esta escultura con el siguiente texto: "Los Charcones, nombre que hacía referencia a unos grandes charcos que se formaban en dicha zona con el agua de la lluvia y que aprovechaban los gañanes, entre ellos el que suscribe, para dar de beber a sus yuntas durante las obradas en los secanos".
Esta icónica escultura nos hace recordar que, por ahí, aunque esté asfaltado y sea una zona urbanita, tiempo atrás constituyó una de las principales vías de acceso a Sierra Nevada. Una ruta de más de 22 kilómetros que comenzaba en Puente Verde a 685 metros de altitud para finalizar en la Hoya de la Mora a más de 2.500 (superando un nivel superior a los 1.800 metros). Un sendero que pasa por 4 términos municipales como son: Granada, Huétor-Vega, Monachil, Güéjar-Sierra para adentrarse nuevamente en la localidad de Monachil. Un sendero que, sin duda, merece la pena transitar, disfrutar y degustar con cada paso que se lleve a cabo.
A partir de hoy,
cuando pase de noche junto a esta rotonda, me detendré, cerraré los ojos y me
imaginaré a esas luces rojas que brillaban por las faldas de Sierra Nevada y
que parecieran estrellas tal y como describía Washington Irving en Cuentos de
la Alhambra.
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