Que la ludopatía, como bien sabemos, es una lacra que se
inserta en miles de familias andaluzas provocando no solo la ruina económica
sino también la ruina social, afectiva y familiar.
Por esta razón, su tratamiento y prevención se debe llevar a
cabo desde un prisma multidisciplinar donde varias Consejerías actúen de forma
coordinada y con comunicación periódica y constante.
Como ejemplos podemos destacar la consejería de Hacienda que
lejos de combatir la ludopatía ha bonificado hasta en 4 ocasiones, y en plena
pandemia, las máquinas de azar, las comúnmente llamadas tragaperras. No
contentos con este hecho están prohibiendo a los ayuntamientos a que éstos
puedan legislar cuando los consistorios deseen alejar las casas de apuestas de
los centros educativos. ¿Por qué la Junta no les concede autonomía a los
ayuntamientos en este sentido?
Pero la cosa no termina ahí, la Consejería de Educación y
Deporte, en el año de la Covid-19 donde el número de nuevos jugadores ha
aumentado un 8,3% y ha movido un 13,7% más de dinero en el último año, se ha
dedicado a mirar hacia otro lado. La palabra que mejor puede definir sus
actuaciones en esta materia es la de “pasotismo” puesto que tanto en 2020 y en
los meses de 2021 no ha puesto en marcha nuevos programas de prevención, no ha
finalizado los estudios que se iniciaron allá por enero de 2020 y, lo que es
más grave, culpan y responsabilizan a las familias del aumento de la ludopatía
entre las generaciones más jóvenes de Andalucía.
Y es que Hacienda y Educación no son las únicas Consejerías
que tienen mucho que decir ya que Salud y Famlias tiene en su seno gran
responsabilidad tal y como establece tanto el Ministerio de Sanidad, que
considera la ludopatía como un problema de salud pública, y el Decreto 105/2019
de estructura del gobierno andaluz donde atribuye a la Dirección General de
Cuidados Sociosanitarios (concretamente en el apartado P) el desarrollo y
coordinación de políticas en materia de prevención, asistencia, tratamiento y
reinserción a personas afectadas por la drogodependencia y otras adicciones.
Y es que, los pasos que se ha dado por parte de la Consejería de Salud al respecto no nos hacen ser muy optimistas ya que hace tan solo unos meses redujeron un 3,2% el presupuesto destinado para el programa andaluz de drogas y adicciones. Por lo que no solo le pedimos a la Consejería que incremente este presupuesto, sino que se deben contemplar actuaciones tan importantes como:
- Reconocer la ludopatía como un auténtico problema que urge eliminar ya que se ha convertido en una pandemia que azota, principalmente, a los barrios de clase trabajadora.
- Poner a disposición de las familias que sufran la ludopatía todos los recursos humanos y materiales del SAS.
- Reuniones periódicas entre las diferentes consejerías implicadas en la prevención, tratamiento y reinserción de la ludopatía.
- Llevar a cabo un estudio del impacto de la ludopatía en la población andaluza, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
- Apoyar a las asociaciones que luchan diariamente contra los terribles efectos de esta adicción.
Las Consejerías de Hacienda, Educación y Deporte y Salud y
Familias deben ser los diferentes segmentos de un mismo cuerpo que pongan
solución a una situación de emergencia social en la que necesitamos actuaciones
urgentes y no el pasotismo que actualmente impera en el gobierno de la Junta de
Andalucía.
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