jueves, 5 de mayo de 2022

Tonucci, Frato: Miremos el mundo con los ojos de la infancia

 Francesco Tonucci lo conocí allá por el curso académico 2007/2008. En ese momento estaba inmerso en plenos estudios universitarios para obtener mi diplomatura como Maestro de Educación Infantil.

Momento en el que se me hizo entrega del ejemplar de Frato
Recuerdo como nos dijeron que vendría a nuestra facultad un famoso dibujante y pedagogo italiano (a él le gusta que le digan que es un dibujante que investiga más que un investigador que dibuja). Sus palabras me cautivaron, así como sus reflexiones y sus dibujos hicieron que me “moviera de la silla” y que cuestionara todo lo que había entendido hasta ese momento sobre cómo debía de ser la educación.

La segunda relación que tuve con él fue cuando, ejerciendo de maestro, establecieron la exposición en el Parque de las Ciencias. 

Para Francesco Tonucci, y su álter ego “Frato”, la Infancia es entendida como la protagonista de todo proceso en el que las niñas y niños deben expresar lo que les gusta y lo que no de las ciudades, de los colegios y de su relación con las personas adultas. Frato nace para dar la palabra a las niñas y a los niños, para que exterioricen sus pensamientos, aquellos que están escondidos, censurados, aquellos que no son expresados, en definitiva, para dar visibilidad a la infancia que se siente invisible y que para las personas adultas es invisible.

Francesco Tonucci

Sus viñetas nacieron allá en 1966 para un test psicológico. Éstas estimulan nuestras emociones, nos tocan la fibra y contribuyen a que reflexiones, a que fomentes el aprendizaje y, en definitiva, a que aumente tu sabiduría.

Ernesto Páramo Sureda define a Tonucci como “dispuesto a aprender”, actitud que considera “contagiosa”. Según el antiguo director del Parque de las Ciencias, Francesco se toma la educación en serio.

Por su parte, Juan Mata define a Frato y Tonucci como la litografía MC Escher “manos dibujando” en la que una mano dibuja a otra que a su vez dibuja a la primera mano, es decir, Tonucci nutre a Frato y viceversa.

Paz Posse Hernanz establece que la educación debe basarse en la escucha a la infancia y en el respeto hacia ella.

Litografía M. C. Escher
En la exposición del Parque de las Ciencias se establecieron diferentes espacios y elementos muy importantes para el aprendizaje de la sociedad en general y de la infancia en particular. Estos espacios son imprescindibles en cualquier ámbito (hogar, aula…):

  1. 100 manos, usa tus manos para pensar. ¡Qué importantes han sido las artes para salvarnos de los momentos más duros de la pandemia! ¡Qué importante ha sido la música, el cine, el teatro, la lectura, la pintura…! Estas artes nos han transportado a otros mundos para que nos pudiéramos evadir, para sobrellevar la dificultad o, simplemente, para reencontrarnos con uno mismo en estos tiempos tan difíciles.
  2. Bicicleta. Representa la libertad, la autonomía, la protección del medio ambiente. Su montaje y conocimiento ayuda a adquirir todas las competencias básicas.
  3. Construcciones. Es el elemento manipulativo por naturaleza. Además de mejorar la motricidad fina contribuye al conocimiento de los diferentes materiales y de sus posibilidades.
  4. Mi viñeta preferida junto a la de la fábrica
    Juguetes. En este apartado destaca la importancia de jugar y de elaborar juguetes. “A jugar no se aprende, pero jugando se aprende”.
  5. Naturaleza. La interacción con el entorno natural, así como la conexión con elementos como el agua, el barro y la arena configuran los elementos principales para aumentar el aprendizaje.
  6. Tengo una idea. Se propone seguir inventando, mezclando las palabras, las formas y las acciones.
  7. Sanedrín/ ágora. Es el espacio donde la infancia toma la palabra, donde se puede expresar y donde deben ser escuchados.
  8. Para saber más. Un espacio con bibliografía, dispositivos de acceso a la información…

Desde esta dimensión se observa que en educación es muy importante la reflexión constante y la participación activa. Solo así se fomentará el aprendizaje y la curiosidad.

Es por ello, que los poderes públicos deben, por un lado, garantizar que la infancia participe no solo en conocer su mundo, sino en que puede moldear a su gusto y, por otro, a suministrar todas las herramientas posibles para que fomenten la creatividad, la imaginación y el lenguaje. Pero todo esto no es suficiente si las y los adultos no decidimos mirar nuestro alrededor con los ojos de la infancia haciendo buena la reflexión de Frato: “¡Qué bonito sería el mundo si lo viéramos con ojos de niño”!

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