Luna es la vacuna contra el racismo

Cuando llegó la pandemia a nuestro país se decía de forma constante que de esta situación saldríamos mejores personas, más solidarias, más humanas y empáticas. ¿Ha ocurrido así?

AP Photo / Bernat Armangue

Bien es cierto que con la Covid-19 y sus terribles consecuencias nos ha hecho darnos cuenta de que pequeños gestos como un abrazo, una reunión familiar o un viaje a una ciudad cercana eran pequeños tesoros de los que no éramos conscientes; y que el personal sanitario, el de los supermercados o el de la limpieza eran mucho más importantes que un alto ejecutivo de la banca o un deportista de élite. Y es que nos hemos dado cuenta de lo que verdaderamente importa y por lo que debemos luchar.

Pero tengo la sensación de que, cuando más nos acercamos, afortunadamente, a la luz del final del túnel provocado por el virus, hay personas que, en lugar de cultivar humanidad y solidaridad lo que han hecho ha sido cargar las baterías del odio y del rencor.

Un claro ejemplo de ello es el protagonizado por la joven voluntaria de Cruz Roja, Luna, que ha hecho inmortal una imagen que llega hasta lo más profundo del alma, en la que ella aparece abrazando y consolando a un persona que ha llegado a nado a tierras españolas en la playa del Tarajal.

Esta imagen ha puesto cara, ha puesto rostro a las miles de personas que se juegan la vida buscando un mundo mejor así como a todo el personal que desarrolla su labor profesional en estos momentos tan difíciles.

Esta imagen ha demostrado que sigue existiendo en nuestro país personas que escuchan, que abrazan, que te entregan lo mejor de ellas mismas, que, en definitiva, te dan la mano.

Esta imagen deja claro que existe un mensaje totalmente antagónico al protagonizado por la extrema derecha española que, como buitre, hiena u otro animal de carroña, se aprovechan de situaciones de emergencia que requieren unión de acción entre todas las fuerzas políticas, pero ellos toman el camino de la crispación y de generar enfrentamientos  a través de “voxmitar” sus mensajes sustentados en los pilares de la mentira y del bulo contra migrantes, contra niñas y niños no acompañados, contra toda aquella persona que no piense como ellos. Toda esa gentuza de escasos sentimientos de humanidad que no solo insultan y menosprecian a las personas migrantes, sino que además se están cebando con Luna, la joven voluntaria de Cruz Roja, que ha tenido que blindar sus redes sociales ante los insultos de los cavernarios que navegan por internet.

Necesitamos más lunas y menos trolls de las cavernas, necesitamos más amor y esperanza y menos insultos, necesitamos más personas de luz como Luna que nos muestran que sigue existiendo luz frente a la oscuridad, y que nos dan la respuesta que, de verdad, de esta situación sí saldremos mejores personas.

Todo mi apoyo incondicional a Luna y a todas sus compañeras y compañeros puesto que las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por a huella que dejan y vuestra huella será eterna.