La bolica de cera

Otra de la imagen icónica de la Semana Santa granadina, además de las perdices comentadas en el artículo anterior, es la bolica de cera que niñas y niños hacen en el trascurso de las procesiones de las diferentes hermandades.

Su elaboración es bien sencilla y se podrían resumir en estos pasos:

1. Te comes el bocata que te han preparado para esa tarde.
2. Usas el papel Albal (sé que hay gente que lo llama papel de plata y esas cosas pero mis ancestros han usado siempre ese nombre y puedo jurar que dicha marca no me ha dado un solo duro) y lo haces una bola bien apretá.
3. Te acercas a un penitente o a una mantilla que lleve una vela (es vital que esté encendida).
4. Colocas la bola debajo del lugar donde caen las gotas de cera al derretirse.
5. Conforme caigan las gotas vas girando la bola poco a poco de forma uniforme.
6. Esperas a la siguiente procesión, si es domingo de Resurrección ya te toca hasta el próximo año (se siente, haber empezado antes).

Este procedimiento tan simple y sencillo lleva aparejadas una serie de ventajas a toda la Comunidad, tanto a la que presencia este hecho como a la que está en su casa. Paso para enumerar algunas de ellas (si sabes alguna más es bienvenida):

1. Viven una experiencia del mundo real. Se alejan de las “maquinicas” (así se llamaban en mis tiempos, aunque ahora son los móviles) y viven una experiencia alejada de las pantallas.
2. Aumentan las relaciones sociales. Se juntan con más seres de su especie “ninus bolanerus” con los que se comunican tanto de forma verbal como no verbal para ver quien se queda con el cirio que da más cera o con el que tiene más colgajos de cera derretida (este elemento es altamente codiciado por los creadores de bolas ya que se pega en ella y ésta crece de forma exponencial). Esta comunicación también se produce con las personas que te suministran la cera derretida.
3. Ayuda a saber que todo se gana con dolor y “pacencia”. Hablo de dolor porque hay veces (en ocasiones más de las esperadas) en las que la cera que cae incandescente no se posa de forma directa sobre el proyecto de bola, sino que va a parar a la mano de la criatura que está elaborándola. Y el ámbito de la paciencia me refiero a que la bola se forma muuuuy leeeentamente lo que ocasiona que las y los niños se tengan que enfrentar a su lucha interna del tipo: “Mi bola no crece, la voy a dejar. Mejor no porque bueno va aumentando su tamaño poco a poco”.
4. Mantiene la ciudad más limpia. Aquí se hace buena una máxima, “gota que no cae al suelo, gota que no hay que quitar”, por lo tanto, cuántos más niños y niñas haya con la bola menos cera en el suelo con todo lo que ello conlleva.
5. Favorece la economía circular y la Agenda 2030. Este hecho se observa en la reutilización del papel Albal, de la cera, así como en la creación de un nuevo elemento del entorno como es su bola.
6. Se trabajan conceptos matemáticos. Como la esfera, el giro uniforme y la percepción de las trayectorias. Este último concepto se experimenta al caer la cera y cuando se te resbala la bola de las manos y se estampa contra el suelo, en este caso tu cerebro hace un cálculo inmediato hacia donde irá entre las miles de piernas, alcantarillas…
7. Es una ludoteca portátil. Mientras haya una bola de cera, penitentes y mantillas sabes, con una rápida mirada, donde está tu criatura. Esa tranquilidad no tiene precio.
8. Es una máquina del tiempo en miniatura. Con solo verla te transportas varias décadas atrás y te vienen cientos de recuerdos cuando tú eras, aunque no quieras reconocerlo, un “ninus bolanerus”.
9. Contribuye a mover la economía. Esto solo es en el caso de que caigan varias gotas de cera en el jersey de la criatura que está con la bola ya que tienes paciencia para quitar los lamparones de cera o tienes que ir a comprar otro.
10. Se trabaja la coordinación óculo-manual. En este arte cada vez se gira la bola con más velocidad donde los dedos adquieren gran destreza. No hay estudios que lo avalen, pero seguro que hay una relación directa entre quien toca muy bien la flauta en el cole y quien hace bolas de cera.

En fin, como veis lo de hacer bolas de cera no solo es un arte, sino que es una ciencia que solo trae beneficios, ¿te animas a hacer una el año que viene?