En Huétor pintamos el vino

En Huétor Vega llevamos, desde hace varios años, “pintando el vino”. Sí, has leído bien, numerosas personas se congregan en en nuestro pueblo en un concurso de pintura rápida donde plasman en sus lienzos el vino. Ya sabes que Huétor emana vino por todos los poros de su piel como es en las Jornadas del Vino, en la Fiesta de la Vendimia, en el Museo del Vino y del Flamenco… Y, como no podía ser menos, también está presente en un concurso de pintura rápida denominado “El Color del Ribete”.

Cartel de la edición de 2024

Toda la mañana del último sábado del mes de septiembre se congregan casi 30 artistas en los preciosos jardines de Huerta Cercada con sus caballetes, paletas, pinturas y con su gran dosis de arte, imaginación y calidad para crear una obra única.

Cada artista escoge uno de los vinos expuestos para la ocasión y se lleva una copa llena de esta sangre de nuestras viñas para degustarla, saborearla y para extraer todos los aromas y aspectos claves del caldo que han elegido (también se le ofrece la posibilidad de un completo dossier con el análisis de dicho vino) para, a continuación, comenzar a preparar su obra.

En los años que he visto este concurso he aprendido numerosas técnicas en un mundo en el que soy un total aprendiz. Pintura con objetos con texturas, con cinta de carrocero, pintado del marco de madera con el propio vino o con técnicas donde quemaban diferentes elementos encima del lienzo para darle el aspecto y el toque deseado por la artista.

Hablando con muchas de las personas participantes destacan, de este bonito y original concurso, que es de los pocos donde se hace pintura “no figurativa” puesto que en las actividades de pintura rápida lo que más prima es la creación de obras sobre paisajes, edificios y lugares determinados. Afirman que pintar algo tan subjetivo como el vino, donde a cada persona le puede conferir sensaciones distintas, hace que sea un gran, a la par que ilusionante, reto.

Artistas ganadoras en la edición de 2024

Hablando con mi querida Silvia Ruiz-Dorizzi nos comentaba que tanto ella como su alumnado presente en este concurso deben tener la habilidad de decir, “mi obra está perfecta” ya que, tal y como me contó, muchas veces se quiere seguir incorporando texturas, colores y formas a la obra que hacen que el resultado final no sea tan brillante como uno desea. “Se debe saber cuando hay que finalizar una obra”.

Este año, en la entrega de premios, comentamos que el año que viene se expondrán los trabajos durante una semana en la sala de exposiciones de Huerta Cercada con el fin de que las personas que no hayan podido asistir el día del concurso puedan disfrutar de las obras. Igualmente lo que pretendemos es que las y los artistas puedan vender sus creaciones, bien a particulares, bien a las diferentes bodegas para que las puedan usar para ilustrar las etiquetas de sus botellas.

Desde aquí quiero darle las gracias a José Luís y a Encarni, el equipo técnico que he tenido el lujo de tener en Cultura, por todo el trabajo que desempeñan. Igualmente espero que, quien asuma la Concejalía de Cultura, no solo continúe con esta actividad sino también con esta propuesta con la que pretendemos ampliar en el tiempo así como en la repercusión del nuestro querido “Concurso del Ribete” y así seguir aumentando el legado y el idilio que tiene nuestro pueblo con el vino.