domingo, 11 de abril de 2021

Irremediablemente celos

No es la primera vez, y seguro que no será la última, en la que aparece en mi blog Antonio Orozco con alguno de sus hermosas canciones.

En esta ocasión hablamos del tema "Irremediablemente celos" que pertenece al álbum "Principio del Comienzo", tercer disco del artista publicado allá por el año 2004 tras "Un reloj y una vela" (2000) y su archiconocido "Semilla del Silencio" (2001).

Irremediablemente celos, y así tengo que reconocerlo, no era uno de los temas que más me gustó del disco puesto que, cuando salió yo solo tenía 19 años, buscaba ritmos más pegadizos a las baladas y canciones más profundas. Con el paso del tiempo, la balanza entre tema pegadizo y tema profundo se equilibra llegando a vencer, en ocasiones, este segundo por goleada. Y es que si la canción es bonita en su versión original, más bella es aún con solo una guitarra de por medio.

Os dejo con la letra, la música y a Antonio Orozco donde él solo con su voz y su guitarra llenan el escenario durante unos cuatro minutos de auténtica magia. 

De noche
Cuando no entiendo que tu sueño se derroche
Cuando mis notas se protegen con el broche
El que la luna y el silencio me prestó
De noche
Cuando tu magia se resbala entre tu boca
Cuando mi alma se refugia como loca
De los suspiros que de ti quieran salir
Cuando duermes
Siento celos de no ser dueño del lamento de tu boca
Siento celos de la tormenta que la noche te provoca
Celos, siento celos de la tela que te arropa
Siento celos, celos
Irremediablemente celos
Los que me dicen cuando todo sabe a poco
Los que me indican con pellizcos mis enojos
Los enemigos de los versos que escribí
Cuando duermes
Es tu mirada la que inunda mi condena
Es mi mirada la que sufre en mí esa pena
En que tus ojos son oscuros para mí
Cuando duermes
Siento celos de no ser dueño del lamento de tu boca
Siento celos de la tormenta que la noche te provoca
Celos, siento celos de la tela que te arropa
Siento celos, celos
Celos de no ser dueño del lamento de tu boca
Siento celos de la tormenta que la noche te provoca
Siento celos de la tela que te arropa
Siento celos, celos del borde de tu boca
Del roce de tu ropa
Irremediablemente celos
Irremediablemente celos

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